miércoles, abril 13, 2011

Cuadragesimosegundo Cómputo

El poema se marchita como una rosa. El poema crepita como el fuego. El poema se desliza como el susurro por el viento. El poema es fuerte como la roca que resiste la ola. El poema es agónico como el suspiro. El poema es invisible como la física cuántica. El poema es verdadero. No hay otra verdad.


I

El poema toma la forma incólume de un velo;
sobre los ojos, pero permite ver;
se asocia con el viento, mas no escapa;
registra los sonidos, pero no los atrapa.

II

Leo a Alessandro Baricco, Seda,
leo a Albert Einstein, Sobre la teoría de la relatividad,
leo a Antonin Artaud, Para terminar con el juicio de Dios,
leo sutras theravada, mahayana, vajrayana por igual.
El ojo no discrimina la palabra,
la belleza de una mujer, quizás

III / IV

El cuerpo se vuelve tibio / El agua llena el hervidor.
Ella toca su cuerpo con las yemas de los dedos / El calor acaricia el agua.
Se desnuda paciente, sensual, pornográfica / El agua entra en el caos.
Lleva una mano a su entrepierna, juguetona /El hervidor se agita y grita.
Su otra mano le circunda un pezón, gime / Evaporación del agua.

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