viernes, julio 06, 2012

Quincuagesimotercer Cómputo

Amigo no es ese que está contigo en las buenas y en las malas. No es ese con el que tienes mil anécdotas o aquel en el que puedes confiar ante cualquier dificultad. Amigo es ese que toma contigo sólo por acompañarte. Amigo es el que te lleva a un bar y se queda contigo. Amigo es ese que desafina contigo en el antro que no es karaoke. Amigo es aquel y sólo aquel con el quisieras compartir la última copa.


“Sí man i yulma nin enquantuva?”

Para abrazar la botella no necesito un bolero triste, sangrante. 
El bolero lo escribo yo en cada beso. 
Convierto el poema en música y a través de ella 
el bar se transforma en burdel 
y la cerveza en mi coja, maltratada y teñida prostituta. 
No puedo dejarla. 
Vuelve a mí y me dice bebe. 
Me dice que el futuro ya se fue, que hay que beber por el pasado. 
Que hay que beber por el futuro. 
Y llega la rubia (teñida) trayendo dos morenas. 
Las siento en mis manos. Les explico que soy joven en esto; 
7 u 8 años. 
A lo más 10. 
Que lo descubrí en la juventud y el placer fue determinante. 
Que los años de Universidad me abrieron la mente 
a disfrutarlas en tríos e infinitas orgías, 
que sin embargo me dejaron maltrecho y cansado. 
Les digo que no teman, que siempre estaré ahí, hasta el último sorbo. 


Perdón, 
aliento. 


El bolero es en verdad más amargo que la cerveza y el vómito. 
Y el vino cabernet de siempre. 
Con ese moriré acostado, desnudo. 
¿De qué me podría siquiera servir la vida sin servirme una copa? 
Mujer, déjame aquí. 
Aquí nací como persona, junto a esta botella. 
En ella me imaginé tus besos y tu sexo. 
Si fuiste mía fue por ella. Dale las gracias. 
Salud, mi negra. 
¿Quién me llenará de nuevo la copa?

domingo, febrero 19, 2012

Quincuagesimosegundo Cómputo

"Diómedes"

Nací esclavo. Antes no lo sabía. Simplemente era un juego el trabajo duro, los días interminables bajo el sol quemando la nuca y la espalda. El conocimiento del suplicio vino después. Mas el juego continuaba tanto como se extendía la vida. Vi morir a mis abuelos, esclavos como yo. Vi morir a mis padres, esclavos como yo. Veía a mis hermanos seguir hacia el mismo indeclinable hado. Como una cruel broma, cumplida mi mayoría de edad, y (aún) creyéndome libre, fui llevado a un largo viaje con el hijo menor del Amo. Ahí conocí el hambre y el calor asfixiantes. El desierto no es bueno, decíamos entre nosotros, no hay sombra ni comida. Sólo unos pocos volvimos a casa. Comprendí lo prescindible de nuestras vidas, y yo, siempre obediente, por primera vez desobedecí. Entonces conocí el látigo y la claridad del dolor. Fuimos marcados con números, y nunca más hubo un dejo de respeto en el trato de los Amos. Yo los miraba, día tras día, intentando comprender sus pensamientos, mas nunca pude hacerlo. Hoy los veo caminar con la soltura de su innata libertad y siento repulsión. He visto la muerte de los míos y deseo la muerte para ellos. Anhelo ver sus cuerpos desgarrados y ensangrentados. Si sólo tuviera la oportunidad, cortaría sus cabezas y las arrastraría por el campo. Sí, lo haré cuando tenga la oportunidad.

- Es raro, pero creo que nos está mirando fijamente, como con odio.
- No seas idiota, Diomedes. Es sólo un caballo.

sábado, enero 28, 2012

Quincuagesimoprimer Cómputo

El círculo da la vuelta y al terminar la vuelve a dar. (K. Johansen)


El panadero estaba de acuerdo. El sacerdote estaba de acuerdo. Todos, en el bar, estaban de acuerdo. No era la opinión fortuita de la vejez reprochando la jovialidad juvenil. No, había más que eso. Poner de acuerdo al señor Corvalán y al señor Guzmán era una hazaña casi improbable, pero ese día, en ese lugar, frente a esas personas y sobre ese tema estaban en completa armonía. La pesadumbre en el ambiente era sólo el colorete mal puesto en la mejilla social de tan plural grupo. El sastre Fernández gruñía malhumorado, "algo hay que hacer", repetía constantemente. El sacerdote fue más realista. "Nada podemos hacer, es el destino. Si tan trágica suerte le depara a esos jóvenes es casi un juego de Eros o Cupido. Mira que venirse a enamorar llamándose Romeo y Julieta".