sábado, abril 23, 2011

Cuadragesimotercer Cómputo

Se para frente a mí. Cuelga su cuello en mi hombro. Su mirada insiste en el horizonte. Yo muevo el brazo para intentar comprender su respiración. Se agota en mí con sus labios encabritados. Su pelo amenaza mi respiración metiéndose en mi boca y nariz. Todo se vuelve negro. Todo se vuelve luz. De ida y de vuelta. El vaivén es incesante. La necesidad de inclinarte y doblar las rodillas es perentoria. No quieres caer. No quieres aplastarla. Cumplimos la ley de Newton oponiendo fuerzas, cuerpo contra cuerpo, pecho contra espalda. La respiración se entrecorta, se acerca el momento de la despedida. Debo escapar. Una última mirada. La puerta del vagón del metro está abierta.

miércoles, abril 13, 2011

Cuadragesimosegundo Cómputo

El poema se marchita como una rosa. El poema crepita como el fuego. El poema se desliza como el susurro por el viento. El poema es fuerte como la roca que resiste la ola. El poema es agónico como el suspiro. El poema es invisible como la física cuántica. El poema es verdadero. No hay otra verdad.


I

El poema toma la forma incólume de un velo;
sobre los ojos, pero permite ver;
se asocia con el viento, mas no escapa;
registra los sonidos, pero no los atrapa.

II

Leo a Alessandro Baricco, Seda,
leo a Albert Einstein, Sobre la teoría de la relatividad,
leo a Antonin Artaud, Para terminar con el juicio de Dios,
leo sutras theravada, mahayana, vajrayana por igual.
El ojo no discrimina la palabra,
la belleza de una mujer, quizás

III / IV

El cuerpo se vuelve tibio / El agua llena el hervidor.
Ella toca su cuerpo con las yemas de los dedos / El calor acaricia el agua.
Se desnuda paciente, sensual, pornográfica / El agua entra en el caos.
Lleva una mano a su entrepierna, juguetona /El hervidor se agita y grita.
Su otra mano le circunda un pezón, gime / Evaporación del agua.

viernes, abril 01, 2011

Cuadragesimoprimer Cómputo

La luna llena roja oculta la sangre de los enamorados, juglares y poetas que en algún momento de su vida le imploraron al satélite un beso, un aplauso, un segundo de inspiración. Su luz es el reflejo de los ojos de las mujeres amadas. El color es un homenaje a aquellos que murieron de amor.

Para María, devota de esa luna roja.


Si clavas tu mirada en mí como un puñal ensangrentado;
si juegas como mariposa con los rayos de luz que chocan con tu pelo;
si vuelves a mí con el corazón en la mano y con la decisión en el estómago;
si la ironía aflora en tu boca como una rosa y la rosa la cantas en el poema;
si el poema es la espina y no la rosa;
si me dices todo aquello que no quiero, que no necesito escuchar;
si buscas en otros lo que no encuentras en mí;
si apareces y desapareces de mi vida como escapando de la luna llena;
si me paso la vida buscándote y nunca te encuentro;
¿cómo no vas a ser perfecta, soledad?